miércoles, 15 de septiembre de 2010

una reflexión

A pesar de que las cosas a veces tienen mala pinta, nunca olvido que la vida está hecha de los pequeños momentos: la risa de mi hijo y su padre cuando juegan, un abrazo de mi marido, cuando mi peque me mira antes de dormir y me da las buenas noches y me dice "te quiero",... SIn eso no podría vivir, sin lo demás hace mucho q llegué a la conclusión de que era prescindible. Suerte al que piensa distinto. Hice un taller de acompañamiento a la muerte que fue maravilloso, y de eso hace ya mucho, pero aún recuerdo emociones de las familias de los que ya no estaban. Ahora, después de toda mi trayectoria vital, sé y siento que la felicidad depende de cómo me separe de lo material. Cuando lo consigo, y hoy es uno de esos días, resulta relajante y tranquilizador.

1 comentario:

  1. "La felicidad depende de cómo me separe de lo material".

    Creo que eso lo han dicho muchos otros antes, y estoy totalmente de acuerdo. Pero no sólo eso te diría yo. Para mi, y ya me conoces, la felicidad depende de como seas capaz de separarte de todo lo material, pero también de todas las personas queridas.

    En el momento que entiendes que la felicidad depende de ti mismo y no de los demás, la mitad del trabajo está hecho. Luego se trata de fijarme en todos esos pequeños momentos bonitos que tengo (gracias a mi mujer e hijos y mi trabajo), disfrutarlos en el instante y luego recordarlos con alegría. Yo me OBLIGO a recordarme lo afortunado que soy, sobre todo cuando estoy animado.

    Lo malo es que en los momentos de depresión, no es tan fácil... y toda lo que funciona cuando uno está animado y con chispa, no funciona con la misma eficacia. De hecho, casi no funciona.

    Un saludo.

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